viernes, diciembre 1

Diserción sobre la cruda

Existen personas con la habilidad de narrar poéticamente las cosas más mundanas, políticamente incorrectas y hasta asquerosas. Sin embargo, no existe una sola alma poética que pudiera encontrar una fibra de belleza en la cruda, resaca, venganza de Dios, como quieran llamarle. Y no seré yo la mente sórdida y desalmada que intente encontrar belleza en algo tan espantoso trágico y que aqueja a millones de personas de cualquier edad, sexo, religión, preferencia política, sexual y etílica.
La cruda es el motivo por el que Wally se esconde, es la kriptonita de nuestro superman o superwoman o supermana (en gustos se rompen géneros) interior.

Crudos del mundo, uníos! Ya no hemos de permitir que la cruda venga a nosotros. No la dejaremos llegar! No más!
Pienso rebelarme con todo lo que tenga a la mano: chilaquiles, tabcines, micheladas, café arábigo de tostado muy fino, bloody maries, lo que sea. No me rendiré hasta que me haya exorcisado del dolor de cabeza, los escalofríos, la náusea, la presión baja y el estómago en huelga. O al menos uno solo de los síntomas, creo que con cuatro es más que suficiente, no?

Como reza el dicho: "Dios, si en la peda te ofendí, en la cruda me sales debiendo!" (con todo el respeto que saben que le tengo al Gran Arquitecto)

Por lo pronto voy por el millonésimo vaso de agua del día.
Y por favor que se calle el reloj!! Que condenado escándalo se trae con su tic-tac! y que también por favor apaguen el focote amarillo que pusieron en el cielo, es muy molesto.

Estoy pensando seriamente ir por unas chelas (no le hace que sean micheladas). A grandes males, grandes soluciones. Sí señor, voy a pedir el vaso grande!

Por cierto, las gloriosas chivas ayer cenaron barbacoa de aguila. Festejemos al rebaño sagrado, que vuelve a jugar el domingo