miércoles, febrero 22

Una flor splorer como la de la patrona

"A mi me gusta el pimpiririmpimpim
de la bota empinar pararampampam
Con el pimpirimpimpim con el pampararampampam
al que no le gusta el vino es un animal,
es un animal.
Cuando yo me muera tengo ya dispuesto
en mi testamento que me han de enterrar
que me han de enterrar.
En una bodega al pié de una cuba
con un grano de uva en el paladar
en el paladar
Beber, beber, beber es un gran placer
el agua es para lavarse y para las ranas que nadan bien. "

Popurrí Vasco (excelentemente interpretado por la Tuna Universitaria de Guanajuato)

Lunes! Sí. Era lunes...
Pleno lunes y yo bebiendo! (Y Malú también.... perdón por la ventaneada) .
Juan Pablo y Pólen en plena deshidratación... (o casi... Borre sí tomó un poco de cheve... jeje)
Nota al márgen: (los cacahuates son armas muy peligrosas).

Punto y aparte:
Sorry César por no asistir a dos de tus tres eventos de social interacción... que por lo que he oído, estuvieron además de super fregones, llenos de eventualidades.

Volviendo al tema:
Ya tengo veintidos años!
(Casi treinta!)
Me siento más madura, segura, con la mirada fija en el futuro jejejeje
No, la verdad es que si me siento algo es.... igual...
Pero más contenta.
Mucho más contenta....
Este año me gradúo, así que va a ser decisivo. También es el inicio de muchas cosas, y la continuación de muchas otras. Así, que pues a echarle ganas a los 22!
Por lo pronto, a mí me prometieron una parranda este fin de semana... y ya saben que a mí me dicen rana y brincamos juntos....
Así que espero el grito de guerra (RANA! por si se lo preguntaban)
Nos estamos leyendo....
Atte.
Panista antipejista

domingo, febrero 12

Capítulo IV

Se me había olvidado... je je je
sorry.
Ahi les dejo ésto:
_________________________________________________________
La carta llegó un miércoles. Anunciaba lo que probablemente ya era del conocimiento de todos. Excepto de él. El domingo se celebraría la ceremonia.
Victoria se casaría.

Victoria se casaría.
Esta frase se repetía con violencia entre sus pensamientos sin coherencia mientras esperaba ser recibido por el Padre José.

Notó como sus nudillos se tornaban más blancos cada instante. Pero no podía dejar de apretar los puños. Era tal su rabia que por unos momentos hubiera casi deseado no recibir esta carta de manera tan abrupta y fuera de lo común.

No supo con exactitud lo que había dicho al Padre, pero debió ser bastante convincente, puesto que éste le concedió permiso de abandonar el templo durante cinco días, suficiente para que asistiera a la ceremonia y sin prisa regresara. Le había sido proporcionado un caballo, que si bien era joven, también era perezoso y lento.

¿Qué sería de Los Nevares? ¿Quién sería el nuevo dueño, señor y amo del viñedo, y por consiguiente, de Victoria?
El nombre era Miguel Toribio Villalón de Licona y Balda, nombre que exudaba nobleza y aristocracia. Su padre era el Señor de Licona, provincia relativamente cercana a Los Nevares, pero mucho mayor en extensión y riqueza.

Jacob apresuró a su caballo por quinta vez en el mismo minuto, y el caballo dio un par de aburridos pasos a semigalope, únicamente para retomar su apático ritmo nuevamente.

Preocupado, desesperado nervioso y cansado llegó a Los Nevares, con ocho horas de retraso, pero con la determinación intacta.

Salió a recibirlo Victoria al patio central, seguida por Abdul el esclavo. Aunque como Jacob pudo muy bien notar, ya no llevaba ropa de esclavo, muy por el contrario, las ropas que ostentaba Abdul eran de un lujo que hubiera escandalizado a los hermanos jesuitas.

Saludar a la niña fue una experiencia muy diferente a cualquier cosa que hubiera esperado. Victoria ya no era la misma niña que lo veneraba y seguía a todas partes tratando de agradarlo. Jacob aún no olvidaba la carita de Victoria llorando cuando él partió para ordenarse, hacía casi seis años. La amenaza había sustituido a las lágrimas, sin embargo, había en el aire cierta familiaridad que provocaban los movimientos de la niña, que le inspiraba confianza muy a pesar de la alerta que no cesaba de repetirse en su mente.

“Te vas a casar” Fue lo único que atinó a decir
“No, tú me vas a casar. Ya lo autorizó el Padre José.” Y le mostró un papel al final del cual aparecía lo que únicamente podía ser la firma del Padre José, la había visto millones de veces y la reconocería siempre.
“Victoria, ¿qué va a pasar con Los Nevares?”
“Pasará a aumentar las propiedades de mi esposo, por supuesto. No podría quedar en mejores manos”
“Podría quedar en tus manos.”
“¿Esperabas que nunca me casara?”
“No sé. Pero sí esperaba que no estuvieras tan dispuesta a ceder la herencia de tu padre. De mi padre.”
La amenaza volvía a aparecer en los ojos de Victoria, anunciándole al hermano Jacob que era hora de aceptar sus decisiones y poner la otra mejilla. Dio media vuelta y entró en la casa. No dejó de caminar hasta que estuvo en su viejo cuarto, con la puerta firmemente cerrada.

Nada había cambiado. Las paredes aún tenían los cuadros que él pintó cuando pensó que su futuro iba a ser otra cosa. La mesa aún tenía sus libros. Y Victoria aún tenía el poder de hacerlo enojar, de quitarle el sueño de preocupación, de inquietarlo.
Pero ahora él tenía de su lado la oración para alejar todos estos pensamientos. Y al hincarse y hacer la señal de la cruz se concentró firmemente en tener únicamente pensamientos cristianos.
Pasó toda la noche en oración, y cuando llegó la mañana ya se encontraba en un estado de tranquilidad que él supuso inquebrantable.

Se ofició la boda, entre nardos y alcatraces. La niña iba de blanco, su esposo de negro, a juego con la sotana del hermano Jacob.

Al término de la ceremonia, tuvo oportunidad de conocer al que de ahí en adelante sería el amo y señor de Los Nevares. Era buena persona, amable, cuidadoso, ordenado, pero poco inteligente y muy vano. Y se dio cuenta de los motivos que tuvo Victoria para aceptarlo como su esposo. Sonrió para sus adentros, sabiendo que sería más correcto referirse a la niña como la Señora de Licona, que a él como el Señor de los Nevares.

lunes, febrero 6

Nada Nada de esto!... Nada de esto llega al blog!

Un fin de semana largo, tres hermigas y un pueblito colonial.
Tras muchos años de planeación frustrada, se presentó de manera inesperada la oportunidad de viajar las tres solas.
¿Destino? San Miguel de Allende.
Primera noche: mechicanos... y a BAILAR! y cantar y bailar un poco más.
Hot dogs.... al hotel y a dormir!

Diez de la mañana... (...se escucha un educado toc toc toc en la puerta): "Sritas, su desayuno"
Abrir con dificultad el ojo derecho, fracasar en el intento. Abrir ojo izquierdo, también fracaso absoluto. Abrir con fuerza ambos ojos. Concentrarse en despertar. Abrir puerta, recibir charola. (¿Qué huele tan rico? ¿acaso es café arábigo? Sí lo era... mmm)
Invitar a Malú a la cama donde dormimos Pam y yo... Nada que hacerle... pues a desayunar.

Una vez que las tres nos encontramos perfectamente bañandas, peinadas y vestidas para la ocasión, nos dirigimos al centro, donde caminamos tanto que limpiamos nuestros pulmones profundamente. Por lo cual tuvimos que volverlos a ensuciar. Afortunadamente íbamos preparadísimas para tal contingencia. (hermiga prevenida vale por tres).

Nota al margen: Los caballos percherones son antropófagos y chamarrófagos: NO ACERCARSE. Mucho menos con una chamarra de mezclilla. Al parecer les parece apetitosa en un inicio, sin embargo, conforme la mastican descubren que no es su alimento preferido.

A pesar de los ciggies, caminar sí nos provocó hambre... Nada que hacerle... A comer pues..
Requisito: cervezas.
Caminar un poco más... o un mucho más. Y con tacones.
Foto!
Y justo cuando estábamos llegando al carro, escuchamos un delicioso escándalo deportivo a nuestra izquierda... (El superbowl! ¿Cómo pudo habérsenos olvidado?) De modo que hicimos lo que cualquier persona normal haría en ese caso:
Entrar, pedir más cerveza y gritar "GO PITTSBURGH!"

La alegría del triunfo se vio mermada por unos instantes cuando, al subir al carro, Pam se dio cuenta de la multa cuidadosamente colocada entre el parabrisas y el limpiador. Un vistazo nos comunicó la falta de placa delantera. Y un segundo vistazo nos comunicó que la multa estuvo bien aplicada. Los letreros de "No Estacionarse" son prácticamente invisibles en ese pueblo.
Ni modo...

Mañana será otro día...
El último día en San Miguel...
.... de modo que no podemos permitir que una multa nos arruine la diversión...
Así que nos divertimos hasta las seis de la mañana.

Nueve de la mañana: (toc toc toc... un sonido familiar; Una voz reconocible; palabras ininteligibles. Otra voz conocida, es mi hermiga. "Buenoooos Díííííaass! Ya despiééértatee!"
Un gruñido como respuesta. Por fin logro despertar... y abrir los ojos... Una luz intensamente brillante... creo que me he quedado ciega... Cierren las cortinas!... Apaguen el Sol!)
Otra vez el desayuno...
Otra vez bañadas, peinadas y vestidas para la ocasión, nos dirigimos a pagar las consecuencias de una estacionada con mala señalización y falta de atención.
Y después, de nuevo al hotel.
Y de regreso a Querétaro.
Home sweet home.
Aunque no me importaría quedarme más tiempo con mis hermiguitas.
LPCLMHNM