Y sigo planeando una venganza

Viernes...
Un viernes que salió de lo planeado. O mejor dicho, que salió mejor de lo planeado. A pesar de no haber sido planeado.
Pudiéndonos haber limitado a un sólo lugar, optamos por liberarnos a la aventura. Recorrer Querétaro en todo su esplendor nocturno!
Sí!, todas y cada una de sus calles, buscando un lugar con suficientes sillas disponibles para todos los que íbamos... (que no éramos pocos, y para colmo, seis o siete carros...)
No pedíamos demasiado! Con unas sillas, unas mesas y no mucho frío nos hubiéramos conformado...
Sin embargo, cuando ya la noche crecía y la paciencia disminuía, alguien (francamente no recuerdo quien) sugirió ir al siempre confiable náutico.
A convivir con los patos un ratito...
Pero ya éramos menos de la mitad del grupo que inició su búsqueda de aventua por la tierra del juego de pelota.
Unas bebidas y unos cigarritos (que mal que sólo se puede fumar en viernes...)
Un abandono que se sintió como de ocho horas... (Sí, sí, ya sé que la estoy haciendo de tos... no fue abandono...)
Y un regreso...
....y la prisa por evitar el ya tan anticipado castigo de una semana con todo y su sabbath.
Mismo, que se logró evitar (Yippidi Yei!)
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